En 2017, se
disparó el tráfico de fentanilo y heroína, opioides fatales, de México a
Estados Unidos, afectando la salud pública en toda América del Norte. La Junta
Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) es un órgano de
fiscalización independiente establecido por la Organización de las Naciones
Unidas hace 20 años, y en su investigación anual intitulada World Drug Report, donde se analizan las causas y los efectos del
tráfico de drogas a nivel mundial, se reveló que la mayoría de la reexpedición
de las drogas sintéticas tienen cede en México, en el caso del fentanilo, éste inicia
desde China. El reporte es alarmante, puesto que no solo coloca a México como
foco del problema, sino que pone a pensar en la gran cantidad de sangre que se
ha derramado en América del Norte por una guerra sin cuartel. Como era de
esperar, la JIFE insta, a lo largo de sus cinco volúmenes del reporte, a la
cooperación de los países para considerar los efectos de los opioides, los cuales
han cobrado más de 45 millones de vidas sanas por su uso normal o desmedido, es
decir, que mueran los consumidores por hepatitis C y/o por VIH, o por
sobredosis. Asimismo, se reporta que el tráfico ha ido en aumento constante, gracias
a la dark net, facilitada por la
corrupción, este último se describe como el “gran facilitador del crimen
organizado”. La JIFE también declaró que es difícil medir el impacto de la
legalización de la mariguana en California en 2016, salvo que se registró un
aumento de su uso a nivel nacional en Estados Unidos, lo cual parece afectar el
mercado del cannabis.
FUENTE: United Nations Office
on Drugs and Crime. World Drug Report 2017.
United
Nations publications. May 2017.
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