Pronto podríamos estar viviendo en un mundo en el que los vehículos
sin conductor hacen todas las entregas.
Los comestibles o alimentos preparados que ordenó para la cena o la prescripción de su médico
llegarán a su puerta sin un repartidor humano a la vista. Las entregas sin conductor
son un buen ejemplo de un cambio tecnológico radical que se hará posible muy
pronto. No se está hablando de ciencia
ficción. Amazon ha anunciado recientemente que se está centrando en la
tecnología sin conductor para mejorar sus entregas, y ya las está probando a
través de drones. Waymo, la compañía de tecnología de auto-conducción de Google,
ha invitado a los pilotos a participar en la primera prueba de auto-conducción
pública en Phoenix, Arizona. El camión autónomo de Uber, Otto, ha hecho entregas
de larga distancia en Ohio.
La transición a las entregas sin conductor será una bonanza para
los primeros inversores en las tecnologías ganadoras. Una amplia gama de
consumidores y empresas se beneficiarán con un costo más barato, más rápido y
más fiable de entrega. Sin embargo, en el corto plazo, las consecuencias podrían
ser devastadoras para los conductores de entrega, sus familias y los
propietarios de los vehículos antes de ser considerados pasados de moda. Los
responsables políticos deben prepararse ahora para responder a esta revolución
tecnológica, de manera que se puedan
beneficiar de la nueva tecnología,
mitigando el daño a las personas que resulten afectadas.
Fuente: Alice
M. Rivlin, Seeking a policy
response to the robot takeover, Brookings
Institute, 5-2-17
Comentarios
Publicar un comentario